Es país para vivos

por | 11:57:00
Parecía díficil pero voy a escribir otra entrada de traspasos, puesto que parece que uno nunca acaba de aprender en esta vida y en un mundo tan formal como suele ser el de los contratos, ve como en el fútbol es la cosa más fácil de romper que existe.

En Europa y en un amplio abanico de países más fuera del continente, estamos acostumbrados a unos contratos con un inicio y un final estipulado, unas cantidades en concepto de sueldo anual y ahora está muy de moda los "incrementos por objetivos". Incluso en España tenemos la tan conocida como polémica cláusula de rescisión que fija, por norma, un valor de mercado totalmente disparatado a los grandes jugadores.

Pero hoy leo sobre los pases en Argentina y la verdad me ha llamado la atención el sistema contractual, que ha llevado fuera de Argentina de manera totalmente gratuita (o en todo caso pagando un cánon de formación o con el famoso cambio de residencia para los menores de edad) a jugadores de la talla de Coloccini (al Milan), a Trejo (Mallorca), Martín Bravo (a PUMAS), a Nayar (al Recreativo).
El contrato es el siguiente, el jugador pertenece a la disciplina del equipo durante uno o dos años, vencidos los cuales el contrato se prórroga unilateralmente con una ficha del 20% hasta que acuerden la renovación del mismo. Este tipo de acuerdo está oficializado por la AFA (Asociación de Fútbol Argentino) y aceptado por la FAA (Futbolistas Argentinos Agremiados) pero no reconocido por la FIFA, que se rige por los acuerdos que todos conocemos y el modelo estandarizado que reina en Europa.

Con todo esto llegamos a la situación del centrocampista de River Plate, Óscar Ahumado que acogiéndose a la finalización de su contrato según la FIFA, ha roto las relaciones con su reprensentante Néstor Sívori, para llevar su carrera él mismo y se considera desligado del club bonaerense desde el pasado 30 de junio y a menos de un mes del inicio del torneo, no se ha presentado a ningún entrenamiento.
¿Qué consecuencias puede tener este acto? Pues, por el momento, el presidente "Millo" Aguilar y el presidente de la AFA, Grondona, van a hacer un frente común para hacer imperar las leyes contractuales del fútbol argentino llegando incluso a acudir a Blatter para que paralice todos los tránsfers de los jugadores que han abandonado sus respectivos equipos (además del propio Ahumada, Martín Bravo ha hecho lo propio) hasta que se reúnan la AFA, la FAA y los clubs para ver que hacer con el relativo vacío legal que existe entre los contratos de su liga con los que imperan en casi todo el mundo que podría desembocar en el paro del torneo.

Y aquí comienza el debate, ¿qué regulación debe imperar, la nacional o la mundial? ¿es lícito que un jugador se acoja a la normativa que más le convenga según el momento?
Muchas veces he puesto el grito en el cielo por un calendario unificado, pero creo que el tema que impone las leyes debería ser también revisado, puesto que cada vez son muchos los traspasos que se hacen entre Argentina, de marcado carácter formativo, y Europa, con una filosofía de consumo de talento joven.
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