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Así me lo aprendí yo

Es curioso como hay cuatro o cinco equipos en el mundo que se presentan a las fases finales de grandes competiciones continentales más como sentenciados que como favoritos, porque la grandeza de este juego es que todos (hasta los que no tenemos ni idea) podemos postular e incluso tratar de argumentar algunos razonamientos que a bote pronto no tienen ni pies ni cabeza.

Esta Eurocopa, por ejemplo, se presentaba como la revolución definitiva de "eternos favoritos" como España, Portugal u Holanda y el fin de ciclo de "las de siempre": Italia, Alemania y Francia.
Todavía, mientras escribo estas líneas, no ha finalizado el emocionante Portugal-Alemania en el que los del sancionado Löw están imponiéndose por 2-3 a los lusos y se cumple, por lo menos en este cruce, algo con lo que he crecido y que alberga grandes recuerdos de mi vida como aficionado.

No voy a contaros lo que estoy seguro que habeis leído en bastantes sitios de que "Alemania siempre está ahí", "Italia gana de suerte" y coletillas parecidas. No. Por primera vez en un blog, vais a ser testigos de la explicación de por qué las "grandes" o los "históricos" en mayor o menor medida se meten siempre en las rondas importantes de estos grandes torneos.

Poco tiene que ver con la suerte, de la que ya os hablé hace un tiempo, o con algún tipo de interés comercial en ver a estas selecciones en las finales de los campeonatos. Tampoco es culpa de errores arbitrales continuados en su favor, sería mentiros el decir que nunca son beneficiados, pero nunca de una manera continuada o durante todo un torneo (por lo menos en los "tiempos modernos").
Hay quien dice que es el peso de la historia, de la camiseta, y podría ser así, pero los colores de un equipo no me parece suficiente razón para ganar partidos o jugadores que dejaron esto hace décadas metan la puntita de la bota para lograr el gol decisivo.

Los grandes equipos se hacen ganando títulos importantes, y los torneos de selecciones suelen ser cortos, nunca más de diez partidos y el secreto del éxito reside en preparar estas citas para darlo todo en un mes.
Los valores psicológicos también tiene, como siempre, parte importante en la preparación de cara a los grandes partidos; nunca me han gustado los juegos de dar por favorito al rival o las campañas mediáticas que coronan antes de viajar al equipo. La motivación debe ser siempre de carácter positiva, obviamente, para perder me ahorro el viaje, pero también ha de ser responsable y respetuosa hacia el rival. Si algo enseña el fútbol es que mucho se puede hablar y escribir antes de un partido, pero nada tiene que ver con lo que pasa en el campo, porque no estamos en la cabeza de los jugadores.

Pero de todos los puntos claves que tienen influencia en hacer o no hacer un buen campeonato es la trayectoria de los resultados. Empezar fuerte puede generar exceso de confianza y bloquear al equipo cuando se encuentra un partido en una situación complicada y, de la misma manera (aunque esto es de lógica pura) comenzar mal carga de angustia los partidos posteriores y da pie a grandes fracasos (como lo ha sido la temprana eliminación de Francia).

Por eso creo que un jugador profesional, cuando antes entiende este tipo de factores externos pero decisivos antes alcanza su nivel pleno de competitividad. Alemania e Italia por sus títulos, y sobre todo, por la manera en que han ganado muchos de ellos, me parecen dos claros ejemplos de lo que hablo.

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1 Comentarios

Patx ha dicho que…
Sin duda, tienes toda la razon. Los equipos llegan a las finales, los jugadores buenos no tienen nada que hacer si no tienen a 10 tios de nivel alrededor.

Un saludo