Un viernes más vengo dispuesto a rescatar del olvido a otro grande del fútbol del que quizás no muchos se acuerden ya. Hoy el turno es para uno de los jugadores que potenció una posición hoy casi perdida en el dibujo de los equipos pero que en su época dejó a grandes peloteros, Zvonimir Boban.
¿Cómo jugaban Boban?
La mala suerte de Boban fue coincidir con el fin del Milan de los holandeses (Van Basten, Gullit y Rijkaard) para ver como Weah, Savicevic y Desailly le pasaban en las plazas disponibles para extranjeros en un alto porcentaje de los partidos en los que estuvo en Milan, donde desarrolló casi toda su carrera. Pero aún así, hablamos de uno de los mejores mediapuntas que hubo en el mundo en la primera mitad de los noventa.
Jugaba siempre detrás de dos delanteros, y por él pasaba casi todo el caudal ofensivo del equipo. Mucha visión de juego, inteligencia, llegada, velocidad y sobre todo habilidad para fintar con el cuerpo a los rivales. Era la imagen de la figura de un diez clásico, dominando con maestría todas las características básicas del puesto y añadiendo algunas que lo hacían destacar. Además, pese a su aspecto frío y aislado, se escondía un jugador con personalidad y dotes de liderazgo que le hicieron ser un peso pesado por todos los equipos por los que pasó.
Personalmente, siempre me pareció un jugador elegante. Fino estilista que conducía el balón con la cabeza levantada y aumentando el nivel de preocupación de los zagueros a medida que se acercaba al área en su juego casi siempre vertical y veloz.
A todo esto hay que sumarle un excelente toque de balón que le hacía muy peligroso en el juego a balón parado y en los libres directos (donde dejó una buena cantidad de goles)
¿Cómo jugaban Boban?
La mala suerte de Boban fue coincidir con el fin del Milan de los holandeses (Van Basten, Gullit y Rijkaard) para ver como Weah, Savicevic y Desailly le pasaban en las plazas disponibles para extranjeros en un alto porcentaje de los partidos en los que estuvo en Milan, donde desarrolló casi toda su carrera. Pero aún así, hablamos de uno de los mejores mediapuntas que hubo en el mundo en la primera mitad de los noventa.
Jugaba siempre detrás de dos delanteros, y por él pasaba casi todo el caudal ofensivo del equipo. Mucha visión de juego, inteligencia, llegada, velocidad y sobre todo habilidad para fintar con el cuerpo a los rivales. Era la imagen de la figura de un diez clásico, dominando con maestría todas las características básicas del puesto y añadiendo algunas que lo hacían destacar. Además, pese a su aspecto frío y aislado, se escondía un jugador con personalidad y dotes de liderazgo que le hicieron ser un peso pesado por todos los equipos por los que pasó.
Personalmente, siempre me pareció un jugador elegante. Fino estilista que conducía el balón con la cabeza levantada y aumentando el nivel de preocupación de los zagueros a medida que se acercaba al área en su juego casi siempre vertical y veloz.
A todo esto hay que sumarle un excelente toque de balón que le hacía muy peligroso en el juego a balón parado y en los libres directos (donde dejó una buena cantidad de goles)
Clubs
- Dinamo de Zagreb (del 85 al 91 )
- AS Bari (del 91 al 92)
- AC Milan (del 92 al 2001)
- R.C. Celta de Vigo (del 2001 al 2002)
Títulos
- 1 Supercopa de Europa (1994)
- 1 Copa de Europa (1994)
- 2 Supercopas de Italia (93, 94)
- 4 Scudettos (93, 94, 96 y 99)
Su historia a nivel de selección es digna de estudio. Formó parte de esa Yugoslavia campeona del mundo sub20 que sin lugar a dudas fue una de las reuniones de talento más grande que ha dado el fútbol, pero que dada los conflictos bélicos que sufrió este país y sus fuertes convicciones politico-sociales, se enroló en las filas de una selección joven (y con mucho talento) como la Croata, de la que es historia viva.
