Se cumplen cincuenta años del accidente aéreo ocurrido en Munich que costó la vida a gran parte de la plantilla del Manchester United, además de ha varios trabajadores del club, periodistas y pasajeros.
El United del cincuenta y ocho era, con permiso del Madrid, el mejor equipo del mundo. De hecho, el viaje de vuelta le devolvería a Manchester como semifinalista de la antigua Copa de Europa en la que se enfrentaría contra el Milan.
Pero tras este suceso, de aspirarlo a todo se consiguió sólo ser finalista de la FA Cup.
Y tampoco quiero recordaros ahora todos los detalles (más que nada porque no iba a ser el primero y hay blogs que ya hablan del tema mucho más documentados de lo que yo haya conseguido). Me quiero centrar en tres nombres propios que simbolizan el cómo le cambia la vida a una persona cuando vive una experiencia como ésta.
El primero de ellos es Matt Busby, el manager de aquel fantástico equipo. Si tuviera que buscar un paralelismo con algún entrenador de la actualidad sería con Arsene Wenger, innovador y que apuesta por la juventud.
Como jugador la Segunda Guerra Mundial truncó su trayectoria desarrollada principalmente en los dos rivales históricos de los diablos rojos, como lo son el City y el Liverpool.
Cuando ocurrió el accidente llevaba siete años como máximo responsable deportivo del United, habiendo instaurado ya su metodología y era respetado y querido por el vestuario.
Sobrevivió a un accidente así, perdiendo a personas queridas y mucho más jóvenes que él, le hicieron reflexionar sobre muchos aspectos de la vida y algunos del fútbol.
Su discurso desde el hospital alemán para la gente que se reunió en Old Trafford debe de ser uno de los momentos más emotivos que se hayan vivido en el mundo del fútbol. Hombres, mujeres y niños se agolparon para saber como estaban sus ídolos por boca de "el padre de todos".
El otro nombre propio es el de Duncan Edwards, para muchos el mejor jugador de ese United. Tenía veintiún años cuando sufrió el accidente, toda la vida por delante, para hacer algo que muchos veían posible, convertirse en el mejor jugador del mundo.
Aguantó dos semanas en el hospital soportando el terrible dolor que deja un accidente como ese, porque tenía una pasión por la vida que se resume en unas palabras conocídisimas que articuló cuando un doctor le contó sobre su estado:
"- Pero doctor ¿podré jugar el partido del domingo?"
Pero la vida nos quitó la posibilidad de saber hasta dónde hubiera llegado. Veintiún años, independientemente de a qué se dedicaba, es toda una vida por delante y una eternidad de sufrimiento para sus seres queridos.
El tercer nombre propio es la antítesis del anterior, Bobby Charlton era la promesa del equipo, talento y condiciones para ser un número uno. Tenía diecinueve años cuando sufrió el accidente y era fruto de la política deportiva de Busby de dar mucha cancha a los jóvenes.
Tuvo la suerte y la desgracia en ese día, la suerte de sobrevivir y la desgracia de ver a compañeros no hacerlo.
Fue de la mano de Busby, como si en cada partido que disputaban fueran quemando etapas para homenajear a todos los que quedaron en aquel hospital de Múnich.
Y así llegamos a que diez años más tarde un veterano Charlton y Busby, convertido en institución del United, hicieron realidad el sueño del equipo de diez años antes. Lograron ser campeones de Europa, quizás el destino de aquel equipo si las inclemencias del tiempo no lo hubieran truncado.
Este fin de semana no os perdais el duelo de la ciudad de Manchester en el que se rendirá tributo a los fallecidos.
También quiero dejaros un par de webs que me han llamado la atención:
- United-front.org es una web en la que figura su última actualización el día 6 de febrero de 1958 y cuenta toda la actualidad del equipo, la plantilla, estadísticas etc. del equipo hasta ese día.
- Munich58.co.uk es una web que repasa todos los hechos de la tragedia amén de contar con un libro de visitas que pone la piel de gallina.
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