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Aquellos meses en Milan

Hace unos días finalizaba la MLS. Los Ángeles Galaxy vencían en la final de sus play offs por el título a New England con un bonito tanto de Robbie Keane, elegido jugador más valioso del torneo esta temporada, mérito doble no sólo por su rendimiento deportivo, sino por superar a su compañero Landon Donovan que habiendo anunciado su retirada y dejando récords de goles y asistencias en el soccer, no obtuvo el guiño por parte del jurado de darle un último homenaje con ese premio.
El irlandés bien merece esa distinción.



Robbie Keane, hasta en la lejana MLS, me parecerá siempre un grandioso delantero. Completo en el área y con buenas condiciones técnicas y de asociación. Ha rendido bien en un torneo tan exigente como la Premier si excusas su paso por el Liverpool. Pero hubo una etapa en su carrera que fue todavía más 'exótica' y que, en confianza, fue la que me lo descubrió: su paso por el Inter de Milan.
La temporada 2000/2001 fue la última en la que pudimos disfrutar de un juego que marcó a una generación de aficionados: el PCFútbol 2001. El manager rompió fronteras aquel año y permitía desde un único juego elegir ser responsable en diferente ligas europeas. No recuerdo bien por qué pero tengo grabados a fuego los nombres de Sebastien Frey y de Robbie Keane de un partida con el Inter de Milan.
Keane por aquel entonces un jovencísimo delantero formó parte del plan de Lippi de rejuvenecer al Inter con los mejores talentos jóvenes del mercado y el Inter satisfizó a su entrenador pagando algo más de catorce millones de euros 



A penas unos meses defendió los colores neroazzurri del Inter. La destitución prematura de Lippi, su valedor, dio paso a la llegada de Tardelli quien no confió mucho en él. La competencia que tuvo en su etapa italiana tampoco estuvo mal: Zamorano, Vieri, Sukur o Recoba a la espera de que Ronaldo se recuperara de una grave lesión y contando con más jóvenes puntas con los que repartirse minutos: Pacheco y Colombo.
Tuvo, eso sí, un partido de presentación ante el hincha interista que ya hubieran querido para sí muchos debutantes con el Inter:


La aventura italiana de Robbie duró trece partidos más. Poco tiempo y menos oportunidades (sumó un par de goles más) en un equipo, quizás en ese momento, con unas urgencias históricas demasiado grandes como para llevar a cabo el proyecto de armarse en torno a jóvenes valores que quiso liderar Lippi (el breve).
Después la historia ya la conocéis: Leeds, Tottenham, Liverpool, Celtic y West Ham antes de aventurarse con la MLS. 
Todo un ejemplo de superación y de fe en sus posiblidades.