No hace mucho que miraba a la Premier League desde la distancia con una admiración como no era capaz de despertar otro campeonato. Las figuras estaban allí, sí, pero también era un torneo bien organizado y sobre todo, que se sabía vender más que bien. No en vano, a la enorme tradición que acompaña a todos su clubes, cada uno a su nivel, se unía una imagen moderna y de globalidad que provocaba que en cualquier rincón del mundo sus principales equipos encontraran fanáticos que siguieran con más interés la actualidad del club que los aficionados 'locales'.
Pero en las dos últimas temporadas he visto como sin dejar de promocionar de una manera ejemplar el torneo y no olvidándose de que el juego es para los hinchas, el nivel de juego desciende. Han habido equipos con puntos bastante buenos como el inicio del Chelsea de la mano de Hazard o el Swansea durante un primer tramo de temporada, pero a la larga, los dos últimos campeones, los dos equipos que se han peleado la Premier desde Navidad (algo que ha también ha ocurrido en España y que creó la marea de la #Ligademierda) lo han sido llevando a cabo un juego bastante pobre y muy poco acorde a los jugadores de los que disponía, sobre todo el City.
Una tendencia que, por obligación, llegará a su fin tras la salida de Mancini y la retirada de Ferguson.
Y más allá de Manchester, de lo que puedan ofrecer Arsenal, Chelsea, Tottenham, Liverpool o hasta Everton, en estos últimos días se han producido se confirman un par de tendencias que, pienso que por fuerza, van a provocar un cambio en el fútbol inglés. El primero, muy bien detallado en 'The Barraca', habla de la llegada de un perfil concreto de jugadores españoles hacia la Premier. No entraré en el debate sobre por qué abandonan la Liga (habrá un especial en septiembre) y si realmente potencia al fútbol local el exportar jugadores, si no que, viéndolo desde el otro lado, la llegada de jugadores de perfil medio a Inglaterra viene a hacer frente a una carencia de nivel que les ha llevado a perder cierta competitividad, sin ir más lejos, mirando el ejemplo de la Champions, donde no hubo equipos en Cuartos de final o donde con la sorprendente salvedad del Chelsea el año anterior, tampoco ningún equipo Premier dio buena imagen.
De hecho, es el Chelsea, equipo que ha apostado por el talento de fuera con tanta fuerza, el equipo inglés que en los últimos años ha defendido con títulos al fútbol inglés por el Viejo Continente.
Este verano se ha disputado la Eurocopa sub21 y en estos días arrancarán los Cuartos de Final del Mundial sub20, dos torneos que no son definitorios pero sí pueden ayudar a intuir qué depara el futuro y visto lo visto, para Inglaterra puede venir años grises. Si bien se ha clasificado para la fase final de ambos torneos, en ninguno de ellos ha pasado de la primera fase y en ambos ha dado una imagen bastante pobre.
En Israel quedó por detrás de Italia, Noruega e Israel siendo incapaz de hacer un sólo punto. No mucho mejor le fue en Turquía donde saco un punto en un grupo donde se las vio. vale, con Chile, pero donde Irak y Egipto no debían haber sido tan superiores.
Acudiendo al actual estado de la selección absoluta, un equipo algo mayor y al que poco a poco se van probando caras nuevas que no acaban de afianzarse, uno puede preocuparse.
Hasta la figura de Hodgson, que me pareció un brillante movimiento de la FA para presentar un equipo competitivo en un plazo de trabajo corto, ha perdido defensa ahora, incapaz de llevar a cabo un cambio generacional de garantías ni de presentar un juego, por lo menos, ambicioso.
Así, mientras hay quien todavía ve el campeonato inglés como el más potente del mundo, yo sólo lo veo como el que mejor se vende. Que sí, que hay equipos buenos y que su tradición es incuestionable, pero paraos a rascar esa superficie y vayamos haciendo caso a indicativos que seguro están preocupando en los despachos de la Federación.
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