Ciertamente el título de esta entrada es bastante duro. Pero me parece un buen reclamo a la hora de hacer llegar alguna vaga idea sobre la llegada de Carlos Tévez al Calcio para jugar en la Juve que choca con la sensación de grandeza y optimismo que desprenden aficionados y analistas de esto tan raro que es el fútbol.
Admiro, no, he admirado el fútbol de Tévez y también he caído rendido a su carisma dentro del campo, pero con el paso del tiempo ha ido descendiendo en la lista de jugadores a los que uno procesa admiración debido a su poca seriedad.
Porque son por todos conocidas las virtudes del 'Apache' que asomaron desde bien pronto: un compendio justo entre técnica, velocidad y verticalidad que con el paso del tiempo ha ido ganando en lectura de las acciones de ataque y una determinación que siempre me dejó el regusto de que Tévez ha podido ser mucho más de lo que ha sido.
En su favor hay que decir que fue una de las primeras superestrellas que vivió totalmente a merced de intereses mercantilistas a partir de sus derechos federativos y tal vez eso haya influenciado en su crecimiento y su falta de empatía en Inglaterra, cosa que ha provocado que su salida de la Premier hacia el Scudetto no haya sido uno de los fichajes que haya sacudido el mercado.
El precio que ha pagado el campeón italiano por hacerse con sus servicios, si bien atiende a cifras más razonables a lo que debe mover el fútbol en estos días, le sitúan, 'teóricamente' por debajo de jugadores como Mkhitaryan, 'Isco', Moutinho o Thiago. Vale que hablamos de un jugador algo más veterano que estas figuras, pero vengo a decir que ningún club se 'volvió loco' por intentar hacerse con su ficha sabedor de que no seguiría en el nuevo proyecto del City.
El destino, eso sí, parece elegido con buen acierto. La Juventus es el equipo que mejor juega en Italia y el estilo de dominio y ataque a partir del balón que ha implantado Conte hará que el argentino tenga protagonismo a poco que se adapte al equipo y a la gris Turín (bueno, viene de Manchester) pero también hace que uno se pregunte si la crisis también aleja de la carrera por captar a grandes talentos en el mejor momento de su carrera hacia el Calcio. No hace mucho era la liga italiana la que tenía el poder económico y el atractivo competitivo para que los grandes jugadores no tuvieran otro deseo que probarse en sus equipos. El auge de otros torneos unido a una serie de polémicas extradeportivas que afectaron directmente a la competición hicieron mucho daño deportiva y económicamente al Calcio que está pasando el trago de una forma respetable, sin caer del top 4 de grandes ligas, pero desde luego con menos brillo que no hace mucho.
Se aferra al buen papel de su selección y al cambio que está llevando a cabo Prandelli, pero no parece suficiente a día de hoy para dar grandes pasos hacia la vuelta a otro tiempos.
Así, Tévez, un futbolista al que el tren que le llevase a hacer algo muy grande en el fútbol parece habérsele escapado llega a un gran equipo con una gran propuesta, pero en una competición que ha perdido brillo. Quizás le exija menos, y por ello lo haya aceptado. No espera ir al Mundial en 2014, da la sensación que ni esa motivación estará presente y aunque la competencia para estar en la delantera de Argentina es grande, tiene aptitudes como para no 'temer' una disputa por un lugar en la citación.
Ojalá en unos meses logra cambiar mi opinión por lo que muestre en el campo.
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