Vaya semana más frenética para el actual campeón de Europa. Su descalabro en Turín provocó que al día siguiente el Chelsea le despidiera y pocas horas después presentara a Rafa Benítez como su nuevo entrenador, por lo menos, hasta que finalice esta temporada.
He de confesaros que soy admirador del trabajo y de la metodología de Benítez. Quizás uno de los primeros entrenadores en España que sin haber sido jugador de primerísima línea también se podía entrenar con eficacia.
Suplir la carencia a nivel de experiencias y máxima presión con control exhaustivo de los detalles, conocimiento de todos los factores que puede marcar una diferencia dentro de su equipo y estudioso del rival. Ese tipo de entrenador que se nos apareció por primera vez con Arrigo Sacchi y que ha alcanzado su máxima expresión con José Mourinho.
Una vez expuesta mi admiración por Rafa, que dudo que se quebrante, sí que hay que ser realistas y ver cómo una vez más en el fútbol no se podrá decir aquello de 'no beberé jamás de este agua'. Y es que cuando el técnico madrileño entrenaba al Liverpool ya se encargó de asegurar que no entrenaría al Chelsea durante aquellas temporadas en las que se vieron las caras en la máxima competición continental. Aquella vez, a ojos de los seguidores red, Benítez no hacía más que poner palabras a su conexión casi mística con el equipo, pero amigo, quién iba a decir que unos años después sería presentado como nuevo entrenador de los blues de Londres.
Para el sector más fundamentalista de la hinchada del Liverpool, la traición cometida por el que fuera su técnico será imperdonable. Casi del mismo modo que para los aficionados más intransigentes del Chelsea, el hecho de que Benítez sea su entrenador después de aquello, es algo con lo que no 'tragarán'.
Durante su presentación, como no podía ser de otra manera, se le recordó a Benítez aquel episodio y, listo él, salió con bastante elegancia a zanjar el tema:
He leído los comentarios sobre qué he dicho y algunas declaraciones no las recuerdo. Hay que analizar las cosas en su contexto. Estábamos jugando en semifinales de la Champions y si soy un hincha quiero ver a mi entrenador luchando por mi equipo. Eso no es una falta de respeto a los hinchas del hinchas del Chelsea, eso es defender a tu equipo, dijo.
Y casi de manera paralela, si viajamos a Rosario encontramos un episodio que parte de una manera terriblemente parecida y veremos cómo acabará. Resulta que Martino, actual entrenador de Newell's, está viendo como su nombre encabeza lo que venden como nuevo proyecto de Boca Juniors ante la inminente salida de Falcioni de 'La Casa Amarilla'. Su campaña al frente de 'La Lepra' unido a su reciente buen hacer con la selección de Paraguay parecen aval suficiente como para sentarse en uno de los banquillos más exigentes del Cono Sur.
Martino ha sido tajante al ser preguntado por estos rumores vinculantes:
Salir de Newell's me haría sentir un traidor
Una declaración rotunda y con el punto populista que engrandece más la leyenda del 'Tata' como icono en Newell's, mientras negocia la extensión contractual con el equipo.
Pero nadie puede garantizar que en un futuro a largo o incluso a medio plazo, Martino pueda sentarse en el banquillo de 'La Bombonera' ¿Alguien sacaría su negativa contundente en una hipotética presentanción con Boca? Seguro, pero al igual que Benítez, también son palabras 'duras' pero ceñidas a un contexto muy concreto que, en este mundo de titulares rimbombantes, tienden a no tenerse en cuenta.
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