Uno de los mayores atractivos que nos podemos encontrar a la espera
de la Eurocopa es Alemania. Joachim Löw cuenta con una idea de juego
atractiva y un buen puñado de jóvenes jugadores con los que llevarla a
cabo. Mientras las lesiones, sanciones y ‘madurez’ de varios de ellos no
ha permitido que coincidan, no ha habido mucho debate, pero parece que
ya es el momento de que vaya tomando decisiones difíciles.
Por suerte cuenta con amistosos por delante para ir haciendo
probaturas. Ayer ante Ucrania fue turno para el centro del campo con
Kroos, Özil y Götze (junto a defensa y portería, pero eso es un ‘tema
menor’) y la cosa no fue bien. Ritmo lento y mucho espacio en sus
espaldas donde los ucranianos se movieron como peces en el agua para
llegar al descanos con 3-1.
Al descanso salieron Mesut y Mario dejando sus puestos a Podolski y
Müller, hombres más cómodos en la banda. Antes cambió a Khedira y Träsch
por Rolfes y Schürrle. Unas modificaciones tan ofensivas como
reactivas. Al final empate a tres y más anotaciones en la libreta de Löw
de cara a encontrar su mejor once para junio.
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