Por Rubén Blanco
En esto del fútbol hay káisers, flacos, zidanes, pavones e incluso tenemos dioses, pero, lógicamente no podía faltar un rey. Ese apodo es el empleado para referirse a Edson Arantes do Nascimento, un brasileño que para muchos es el mejor futbolista de todos los tiempos y para otros un jugador más.
Lo cierto es que nacido en el núcleo de una humilde família parece que Edson, llamado así por culpa de un funcionario algo torpe con la ortografía, escuchó a su padre llorar mientras se entereba por la radio de la derrota de todos los tiempos en 1950, el "Maracanazo". Ese niño le hizo una insolente revelación a su progenitor: "Traeré un Mundial de fútbol para Brasil". No sólo cumplió su profecía sino que consiguió dos más, amén de hacer del Santos un equipo invencible en Sudamérica. A pesar de todos sus triunfos, siempre se le criticará que no saltara el charco para competir en el fútbol europeo.
Eso si, fue capaz de viajar al norte del continente americano e intentar extender la afición por el fútbol por los Estados Unidos, allá por el ocaso de su carrera, en el macroproyecto del Cosmos de Nueva York. Esa es otra de las cosas que se le han achacado, su predisposición por hacer negocio de casi cualquier cosa relacionada con Pelé.
Aquí os dejo un pequeño vídeo en el que se recogen todas sus virtudes como futbolista, lo que ha hecho emocionar a tantos aficionados de tantas generaciones distintas y por lo que siempre será recordado:
Hasta aquí nuestra pequeña felicitación por su setenta cumpleaños a alguien que ha dado tanto por el fútbol, desde este humilde rincón de Uno o dos toques.
¡Felicidades O'Rei!
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