La primera vez que oía este concepto asociado al mundo del fútbol fue en Valencia y en referencia al Levante. Un concepto que no entendí y que no supieron explicar los medios. Con la venta fantasma del club que acaba de empezar su celebración del Centenario una parte de la afición empezaba a clamar en favor de la idea de un grupo de levantinistas que abogaban por una compra del mismo Levante de acciones.
Algo que en un principio parece ilegal, va y resulta que lo es. Además en el Levante hay un clima accionarial poco propicio para estas ideas tan diferentes. Lo curioso es que la segunda vez que oí el término autocartera fue en la misma ciudad, pero referido al club vecino: al "poderoso" y supuestamente hermano rico de la ciudad. El Valencia sí ha logrado acercarse a la autocartera, pero mediante una figura externa: la Fundación del Valencia CF y de estos señores que salen en la foto que son sus patronos.
No soy un jurista ni un entendido en la ley de sociedades. No soy economista, pero aún así voy a intentar explicarlo de la forma en que yo he logrado entenderlo. La Fundación del Valencia ha comprado las acciones del Valencia para convertirse en máximo accionista y que no pueda venir nadie y hacerse con el control del club. Por lo tanto se acabaron los Soler, los Soriano, los Villalonga o los Dalport. La Fundación va a vender acciones de las que ha comprado pero en pequeños paquetes y siempre controlando un gran porcentaje del club. Esta acción ha sido bajo la bandera de la democratización del club. Un accionista, un voto, la Asamblea elegirá el presidente y consignas parecidas lanzadas desde el lado que cree en esta forma de gestionar el club.
Lo que me preocupa a mi es que esta democratización del club es el paso atrás después de ver que la ley de SAD no ha funcionado y que se debe volver a los clubes gestionados por los aficionados, con capacidad de decisión y sin caciques que revoloteen a sus anchas por los clubes de toda España exhibiendo su dinero como excusa para destrozar tradiciones y aficiones.
Algo que en un principio parece ilegal, va y resulta que lo es. Además en el Levante hay un clima accionarial poco propicio para estas ideas tan diferentes. Lo curioso es que la segunda vez que oí el término autocartera fue en la misma ciudad, pero referido al club vecino: al "poderoso" y supuestamente hermano rico de la ciudad. El Valencia sí ha logrado acercarse a la autocartera, pero mediante una figura externa: la Fundación del Valencia CF y de estos señores que salen en la foto que son sus patronos.
No soy un jurista ni un entendido en la ley de sociedades. No soy economista, pero aún así voy a intentar explicarlo de la forma en que yo he logrado entenderlo. La Fundación del Valencia ha comprado las acciones del Valencia para convertirse en máximo accionista y que no pueda venir nadie y hacerse con el control del club. Por lo tanto se acabaron los Soler, los Soriano, los Villalonga o los Dalport. La Fundación va a vender acciones de las que ha comprado pero en pequeños paquetes y siempre controlando un gran porcentaje del club. Esta acción ha sido bajo la bandera de la democratización del club. Un accionista, un voto, la Asamblea elegirá el presidente y consignas parecidas lanzadas desde el lado que cree en esta forma de gestionar el club.
Lo que me preocupa a mi es que esta democratización del club es el paso atrás después de ver que la ley de SAD no ha funcionado y que se debe volver a los clubes gestionados por los aficionados, con capacidad de decisión y sin caciques que revoloteen a sus anchas por los clubes de toda España exhibiendo su dinero como excusa para destrozar tradiciones y aficiones.
1 Comentarios
Pero vamos, que con todo lo que hay detrás del Valencia, no me lo imagino así.
Saludos