Pues este domingo se disputó uno de los partidos más pasionales que se pueden ver en el mundo: todo un Boca - River.
El equipo azul y oro ha empezado fuerte, y se apostaba con fuerza por su victoria. Además ha recuperado para su causa a (como lo llamaron en la confirmación de su fichaje) "El Enganche", quien se volvió a juntar con Schelotto y Palermo con el objetivo de reverdecer no tan viejos laureles (aun me acuerdo de esa Intercontinental contra el Madrid).
River, que tambien ha recuperado a otro "foráneo" como Mauro Rosales, que no acabó de cuajar en Amsterdam y ha logrado mantener a Beluschi, otro enganche que, personalmente, me parece que lo tiene todo para poder hacer un gran papel en un grande de Europa (el Atleti se interesó por él en verano y en el mercado de invierno) rápido, técnico, visión y la virtud de elegir siempre bien.
Y con todo esto se plantaron los dos equipos en la Bombonera. Una Bombonera que echó de menos a su hincha más famoso, Diego Maradona, que sigue convaleciente tras la recaida de su castigado cuerpo.
El partido fue como se esperaba, mucha tensión, fútbol a ráfagas más por el corazón que la cabeza, algún que otro pique y mucho colorido en la grada (aunque también hay que mencionar que se produjeron disturbios en la entrada al campo).
Boca se adelantó con un gol de Ledesma que anuló el tanto del anteriormente nombrado Rosales. River salió vivo.
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