Escenarios míticos: El Reino de Navarra (antigüo Sadar)

Quiero estrenar una nueva sección para la noche de los domingos en la que os hablaré sobre estadios especiales o ciudades o localidades con un amor extraordinario por su equipo o por el fútbol.

Quiero empezar por un campo que no pertenece a un equipo grande y que no es ni moderno ni excesivamente grande. Quiero hablaros de El Reino de Navarra (hasta no hace mucho conocido como El Sadar).

El campo de Osasuna de Pamplona es un campo pequeño, de esos que tiene los fondos incrustados en el campo y que en los partidos importantes son realmente un jugador más. He visto a equipos muy grandes perder la concentración por la presión con la que les recibe la grada, a porteros caer en la trampa de los hinchas del fondo de ponerles nerviosos y sacarles de sus casillas.

También me llama mucho la atención la buena sintonía que hay entre jugadores y grada. Es raro que los aficionados rojillos no valoren la entrega y el esfuerzo de sus jugadores cada quince días. Y ahora que están en Europa todavía más.

No hace mucho se tomo la impopular decisión de cambiar el nombre de "El Sadar" por "Reino de Navarra" y recuerdo que el equipo estuvo una buena temporada sin ganar, como si no estuvieran de acuerdo con la violación de su santuario.
Da gusto ver como un grande sufre en el antiguo Sadar

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