Lo que lo convierte en el deporte más maravilloso

En estos días está circulando partes de la participación en vídeo de Marcelo Bielsa en un acto de la campaña de Arechabaleta por la presidencia del Athletic Club.

En ella, quizás lo que más se ha comentado es en ella cantidad de partidos que el técnico argentino ha visto del primer equipo, del filial y de los juveniles; los cortes de jugadores y sus análisis sobre los partidos bajo la dirección de Marcelino García Toral. Esto, desde luego, no es común entre los entrenadores, más en la élite, donde esa parte del trabajo se reparte entre otros integrantes del staff ni entre los que están al frente de equipos con menos recursos técnicos o humanos, y son los detalles que hicieron que el rosarino sea conocido como ‘el Loco’.

Bielsa durante su intervención en el acto de Arechabaleta

He visto mucho fútbol en mi vida y es innegable que, con el tiempo, aprendes a detectar mecanismos de equipos y tendencias de jugadores. Desde hace unos años, comencé a trabajar en un club y, parte de la faena, era estudiar a los rivales. Empecé en una categoría con acceso a los partidos de los rivales y lo que empezó como encargos de cosas concretas (actuaciones de jugadores propios, jugadores rivales con posibilidad de incorporar en el futuro) acabó convirtiéndose en, permitidme que lo diga, una parte de mi labor con bastante valor para el trabajo de la semana.

Llegué a conocer a rivales con mucho detalle y aportar al primer entrenador información suficiente para diseñar sesiones de entrenamiento y planes para atacar con eficiencia a los rivales. Del mismo modo, aprendí a transformar esa información en puntos de partida para trabajar con mi propio equipo.
En está temporada que finalicé hace un par de semanas no tuve tanto acceso a vídeos y sustituí esa fuente de información por comentarios con otros entrenadores y consultas de los datos de la competición. A veces salía muy bien y otras no tanto. Quizás, en mi corta carrera como entrenador, no haya vivido una satisfacción más grande, a título personal, de haber estudiado a un rival, haber organizado parte de la semana a contrarrestar sus virtudes y atacar sus debilidades y ver cómo, luego en el partido, ver cómo todo se desarrollaba como esperaba.

Hay quienes han criticado esa parte del trabajo de Bielsa por la poca repercusión que tiene en sus éxitos (?) como entrenador. ¿Os imagináis que con ese estudio obsesivo se resolvieran los problemas de un entrenador? Saber cómo planificar las sesiones, cómo hacer daño al rival, cómo protegerse de sus aspectos más dañino y qué fácil sería la dirección de campo en los partidos. Sin embargo este deporte sigue fluyendo por una cantidad de caminos que ni el cuerpo técnico más preparado y con más recursos son capaces de abarcar de forma infalible. Lo que lo convierte en el deporte más maravilloso.

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