Cinco razones para entender el Juventus 1 - Real Madrid 4

La temporada en Europa ha vivido hoy su rúbrica con la celebración de la final de la Champions League entre la Juve y el Real Madrid en Cardiff. El balance de lo visto a lo largo del curso justifica con creces el que hayan sido estos dos equipos los que se hayan jugado el título esta noche, siendo los más regulares y los equipos de los que con más facilidad podemos encontrar sus señas, sus virtudes en el juego y en donde el juego grupal ha estado al mismo nivel que el de sus estrellas.

La final, lejos de ajustarse a lo que muchos esperábamos en cuanto al marcador, algo ajustado, decidido por detalles mínimos nos ha regalado a un histórico Madrid al lograr su segundo título consecutivo (nunca bajo este formato y habiendo de viajar casi treinta años para encontrar al último bicampeón -AC Milan-) firmando una segunda parte prácticamente perfecta.

Pero el partido tuvo más cosas y en esta entrada vamos a tratar de ordenar los puntos más relevante para explicar el porqué de este amplio resultado.

Presión alta de la Juve: El equipo de Allegri tuvo sus opciones en el primer tiempo. Planteó un partido yendo a buscar al Madrid muy arriba y recuperó balones en zonas peligrosas. Además tuvo la precisión de construir en pocos toques cuando el Madrid quiso presionarles en la salida. Es cierto que todo ese trabajo le costó traducirlo en ocasiones claras. Algún disparo lejano, el parabólico tiro de Mandzukic para el momentáneo empate y llegadas que no llegaron a acabar en disparos sobre la portería de un Navas sobre el que podrán dudarle el gol encajado, pero que tuvo una actuación muy segura.

Laterales del Madrid: Si el Real Madrid ha sido reconocible durante el año ha sido por el desequilibrio que generaba con las subidas de sus laterales. Un recurso que va más allá del doblar a los falsos hombres de banda y que, en casos como el de Marcelo, hay partidos en los que es el hombre sobre el que se inician los ataques. Durante el primer tiempo la Juve planteó el partido de tal forma en la que Carvajal y Marcelo tuvieron demasiada faena en defensa como para ocupar campo contrario en ataque estático. Cierto que el 1-0 vino de un pase de Carvajal al corazón del área, pero siendo en una jugada de contraataque donde los centrales bianconeri se preocuparon más de los rematadores que de los llegadores o, mejor acotado, de los que se descolgaron de la trayectoria lógica de la jugada.
En la segunda parte Zidane consiguió activar a sus laterales y Marcelo tuvo un gran protagonismo en los ataques madridistas, algunos, incluso, como finalizador.



Madrid decisivo en las dos áreas: No fue un partido de excesivas ocasiones. Primero por encontrarnos ante dos defensas tremendamente resolutivas, después por ser dos equipos que no se escondieron a la hora de querer someter a través de la pelota en las fases críticas del partido. Pero el Real Madrid, como parte de su ADN, ha sido altamente efectivo en las acciones más relevantes tanto dentro de su área, más allá del gol, y sobretodo en las que se produjeron en el área rival. Cristiano Ronaldo golpeó primero y apareció para sentenciar. Buffon llegaba a esta final como un portero veterano pero muy en forma, decisivo en el camino juventino hacia la final, pero hoy no pudo ser determinante: no cometió errores en los goles, pero los ataques del Madrid fueron lo suficientemente rápidos y precisos como para que no dieran cuello.

Recurso del disparo lejano: Con el empate a uno con el que arrancó el segundo tiempo, uno de los escenarios posibles era ver al Madrid amasando balón ante la basculación italiana que tan buen resultado les ha dado en el torneo, pero el Madrid empezó a probar desde media distancia. Primero fue Modric, después Isco y quizá el menos esperado, Casemiro con un disparo rebotado, abrió el camino de la victoria. El Madrid, Zidane, sabían que era un recurso nada despreciable y que contaban con tiradores de calidad contrastada. 
Esto sembró una duda en la Juve entre la de no defender tan cerca de su portería pero no dejar espacios para llegadas y ahí se desmontó el entramado defensivo de Allegri hasta el punto de tornarse un equipo irreconocible.

Disparos del Real Madrid durante el partido


Poca mejoría tras cambios: Si hay un hecho que explica el éxito del Madrid en esta temporada ha sido lo completo de su plantilla. Zidane ha tenido la oportunidad de hacer cambios, tanto en onces iniciales como durante los partidos en los que no sólo no empeoraba el rendimiento del equipo si no que ofrecía interesantes alternativas en cuanto a lo que refería el partido. 
Hoy la Juventus fue todo lo contrario: cada cambio alejaba más la posibilidad de equilibrar el marcador y bajaba efectividad al plan para llevar el partido a un escenario que pudiera devolverle el mando del encuentro. Para más inri, uno de sus cambios, Cuadrado, dejó al equipo con un jugador menos con una segunda tarjeta evitable.
Muchos grandes campeones han tenido a 13 ó 14 jugadores de alta participación en los éxitos, pero la Juve no tenía alternativas reales a mejorar lo que saltó de inicio en Cardiff y eso, fue el último clavo en el ataúd de la Vechia Signora.

Una gran final para cerrar el curso en Europa que ha dejado partidos muy completos, actuaciones individuales inolvidables y unos finalistas de tal vez virtudes muy distantes pero que nos recuerdan que no hay un único camino hacia el éxito.