Trabajo por hacer

Comentaba Pep Guardiola en los días previos al arranque del curso en Inglaterra que era tolerable que el equipo no jugase bien, pero no que se hiciese sin alma. Bien sabía que lo que pueda faltar por acoplar al equipo lo podía ganar con las ganas de un grupo de jugadores en agradar al nuevo entrenador y a los aficionados ansiosos de ver en competición a uno de los proyectos más ilusionantes en el concierto europeo.



Y la verdad es que en este estreno ante el Sunderland de David Moyes se ha notado lo bien que tenía calibrado el técnico catalán a su equipo en lo futbolístico y lo anímico.
Dejó durante algo más de veinte minutos los trazos maestros de lo que busca Guardiola, nada que no esperáramos todo sea dicho, como lo es la posesión de la pelota en campo contrario y la rápida recuperación del balón en cuanto lo pierde. El gol tempranero de Agüero de penalty y el control de la pelota casi abusivo sirvió al equipo para adormecer su tensión competitiva y permitir que con muy poco el Sumderland se mantuviera vivo en el partido hasta el punto de empatarlo a falta de veinte minutos.
Los cambios reorganizaron la forma de atacar del City y les permitió encontrar nuevas vías de ataque a pesar de que fuera con un autogol con lo que se llevaron los primeros puntos de la temporada a falta de pocos minutos para el final.
Un final tan agónico que no se correspondió a la diferencia de propuestas de ambos equipos. Detallamos que nos enseñó Guardiola en su estreno en la Premier.

El primer punto que debemos destacar fue la elección de Caballero para ser el portero titular. La habilidad de Hart, hasta ahora titular con los citizen, no debe ser tomado como un voto de confianza hacia el argentino sino una plena desconfianza en la habilidad con los pies del internacional inglés.
Un jugador desubicado como Kolarov de central junto al debutante Stones las notas más destacables en el once. A partir de ahí, es escribir de ubicaciones y primeros automatimos. Sobre el papel el City debía disponerse sobre el terreno de juego con un 4-1-4-1 pero desde el minuto uno pudimos detectar un dibujo para nada rígido y que poco tenía que ver con la teoría (como nos pasa siempre con Guardiola).
Sagna y Clichy partían como laterales pero cuando el City tenía el balón, es decir, casi todo el tiempo, actuaban como interiores. Fernandinho alternaba entre estos laterales-interiores y los centrales para crear los triángulos habituales en el juego de posición. Una disposición que creaba una primera línea de pases fluida y que, este debe ser el motivo principal, le resguardaba de estar demasiado expuesto a las contras en caso de pérdidas.
Por delante cuatro jugadores de movilidad y buen trato de balón como De Bruyne y Silva por dentro con Nolito y Sterling abriendo el campo, aunque con clara tendencia a centrarse mucho más y juntarse con Agüero.

captura de Rodrigo Zacheo @r_zacheo

Con este dibujo y la tenencia del balón le bastó al City para controlar un partido que fue de más a menos por la poca oposición del Sunderland que le bastante con mantenerse vivo viendo el principal problema que tenían los locales: a penas creaban ocasiones de gol. 
Tras el empate Guardiola, intervencionista como es, optó por una obertura real del campo con la entrada de Navas y la reubicación de Sterling en la izquierda. El de Los Palacios percutió y buscó linea de fondo (provocó el definitivo 2-1 con un centro) y Sterling en la izquierda conducía más rompiendo la sucesión de pases que parecía tener controlada el equipo de Moyes y desbordó a Love con facilidad.
Este cambio creó un nuevo escenario ante el cual el Sunderland no supo reconstruirse a tiempo.

Tal y como insinuó Guardiola en la previa, queda mucho por trabajar aún en el City para que se llegue a ver lo que tiene en mente su nuevo entrenador, pero sí que ha dejado entrever que sabe al ritmo al que se juega en Inglaterra y que ha trabajado para no ser un equipo que se exponga demasiado tras la pérdida. En este aspecto el trabajo de hoy es de notable, pero donde necesita mejorar es en el ritmo de circulación y en generar situaciones donde explote la profundidad de sus hombres de banda y su excelente ataque al espacio. Hoy quizás no era el día ni el rival para encontrar esto. Seguiremos atentos.