El mayor rival del FC Barcelona: fichar en verano

Todos hemos gastado adjetivos positivos a la hora de describir el juego del Barça de Guardiola. También hemos querido averiguar más sobre la filosofía de juego, los pequeños secretos del día a día y su plan de trabajo.
Incluso el reciente debate en Argentina sobre si jugar como el Barcelona era el modelo a seguir para obtener el mayor rendimiento de Messi, sirve para valorar en su justa medida lo que estamos viendo en el Camp Nou.
El problema, o mejor dicho, uno de los secretos es contar con jugadores con la técnica y la fe en la idea suficiente para que todo marche. Y en esto, Guardiola ha tenido que hilar muy fino porque no es el mayor obstáculo que ha encontrado más allá del césped.
Porque los equipos saben como en las oficinas culés que el perfil de jugador que encaja en el Barça no abunda y, obviamente, es clave en su equipo: Alves lo era en el Sevilla, Villa en el Valencia y Cesc lo es en el Arsenal. De ahí lo que se pagó por cada uno de ellos.
Y aquí comienza el problema del Barcelona cada verano. Parece que a pesar de aprobar con nota el curso, se empeñan en que haga los cuadernillos de verano. Al Barça, como a los equipos de la aristocracia futbolística del Viejo Continente, le piden más por los jugadores por los que muestra interés y al saber lo ‘reducido’ de su mercado (ojo, autoimpuesto desde dentro) saben que no tienen más alternativas.
Se unen tres factores que condenan al Barça a negociaciones interminables o ‘pasar por caja’ directamente: 
  • - Fichar al jugador más relevante de un equipo
  • - Ser un grande, un equipo ganador y, por más que nos vendan, rico o con capcidad de endeudarse más que el resto
  • - Saber que no pueden ‘amenzar’ con fichar a otro jugador de perfil similar porque estará en las mismas.
Pero el auténtico problema para el Barcelona no sería pagar mucho dinero por apuntalar un equipo hecho y tratar de dar continuidad a su idea de juego. El problema real es que nadie garantiza el éxito de la inversión. 
Si antes hablábamos de Alves y Villa, hay que recordar los fracasos económico-deportivos de Hleb, Cáceres, Ibrahimovic y Chygrynskiy: 106 millones de euros (más Eto’o) que no justificaron a penas el pago de sus traspasos y que no duraron más de un año en el equipo. Quizás lo único con lo que se puede proteger el Barça es con los famosos ‘más variables’… rebaja un poco la petición del club vendedor y si las llega a pagar es señal de que fue un buen año deportivo.

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