A pesar de que hoy todo gira en torno a la selección española, por su reciente clasificación a cuartos de final del Mundial de Sudáfrica, me apetece dejar mis impresiones sobre una decepción mundialista que se podía llegar a intuir.
Y es que el combinado "azzurri" se marchó con bastante indiferencia, o por lo menos, eso es lo que me a mi me ha parecido. Todos conocemos su tremenda historia en los mundiales, su inmenso currículum y su capacidad para no siendo favorita, no dejar de serlo nunca. Esta última frase pudiera parecer una contradicción pero es que, a día de hoy, todavía pienso que España se la puede cruzar en alguna eliminatoria...fíjaos en lo que es Italia o en mi obsesión...
De todos es conocido que siempre se ha caracterizado por un juego poco atractivo para el espectador en general, quizás muy apreciado por lo entrenadores ya que manejan la táctica (sobretodo la defensiva), son incansables, disciplinados y con un espíritu competitivo y ganador fuera de lo común. De esa manera se han alzado con cuatro triunfos finales, a saber: Italia 1934, Francia 1938, España 1982 y Alemania 2006. Lógicamente, esta vez, el planteamiento inicial era ése, defensa de hierro, fuerza y orgullo inconmensurable y atrapar goles inesperados.
Lippi apostó por la vieja guardia, la base que le dio el título en 2006: Buffon, Cannavaro, Zambrotta, Pirlo, De Rossi, Camoranesi, Iaquinta, Gilardino...pero esta vez salió cruz. Para que no saliese cara hubo un poco de todo: parte de azar y parte de trabajo no bien hecho.
En la parte no controlable totalmente, la de la suerte, se pueden incluir las lesiones de Camoranesi, Buffon y del único hombre capaz de generar juego ofensivo, Pirlo. La ausencia del gran Andrea la sitúo como la principal clave de la Italia que hemos visto y de su pobre juego. En el otro lado, cosas en el debe del seleccionador: no lograr dar con una alineación con un mínimo de garantías defensivas-ofensivas y la no inclusión de un "fuoriclassi" en la convocatoria que pudiera desatascar un partido y que le diera algo de alegría a ese juego plano, aburrido, previsible e incómodo de ver. Si hubiese echado la vista atrás se hubiese dado cuenta de lo mucho que ayudaron Del Piero y Totti en su última gloria. Todos los dedos y miradas apuntan a un nombre: Cassano. "Il talentino" se lo había merecido con su temporada en la 'Samp' y hubiese sido quizás la pieza que faltase en el engranaje de la "squadra azzurra".
A pesar de todo, por momentos, con sus dos primeros empates recordó a la campeona de 1982, que clasificó en la primera fase con tres igualadas. La historia empezaba a repetirse y el resto de selecciones empezaban a despedirse de su sueño. Finalmente la pesadilla fue para Italia y ni tan siquiera los 20 últimos minutos de su partido ante Eslovaquia, en los que peleó con corazón y orgullo, les valió para obtener el pase a la siguiente ronda.
Lo cierto es que Marcelo Lippi ha reconocido su error -sabe que sus "espaldas" están bien cubiertas- y que los jugadores fueron recibidos en su país a gritos de "¡VERGOGNA VERGOGNA!"
Seguro que en el próxima gran cita vuelve a estar y cómo no, planeará su alargada sombra...Prandelli tendrá buena culpa de ello y, quizás, esta vez incluso nos sorprenda con buen juego. La esperanza es tal que ya quiero ver a los Santon, Giovinco, Candreva y a ese diamante en bruto que es Balotelli. Mientras tanto disfrutaré cada partido de España...
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