David Beckham y su retirada

Ayer, entre la resaca de la final de la Europa League y la víspera de la final de Copa del Rey, David Beckham anunció su retiro del fútbol profesional. Una noticia casi camuflada, o mejor dicho, sepultada a gran velocidad por la sobreinformación que nos asalta cada minuto en este fútbol moderno. Curiosamente un fútbol moderno que casi llegó de la mano del internacional inglés, por lo menos en el apartado del jugador que pasó de atleta talentoso a auténtica figura del rock.



Y no ha sido Beckham el primer jugador tan famoso fuera del campo como dentro, ya lo fue Best, o el primer futbolista anuncio, donde el Pelé del Cosmos podría ser considerado como tal, pero la mezcla de ese don para el fútbol, su metrosexualidad y un innegable carisma ligado a la elegante flema británica dieron como resultado a un auténtico icono para nuestra generación que, de paso, mostró el camino al futbolista profesional hacia nuevas fuentes de ingresos y de autopromoción. Todo eso sin dar la imagen de que el fútbol no haya sido lo primero en su vida desde que como Fergie Babe se presentara al mundo con aquel golazo ante el Wimbledon hasta que jugó su último partido en París. Mediante Madrid, Los Ángeles y Milán que es un trayecto de alto nivel para un jugador profesional del mismo modo que no desentonaría como residencias habituales de un top model.

Pero no sólo su atrayente imagen deja para la posteridad. Uno de los mejores golpeos de balón, si no el mejor, y un afán de superación extraordinario nos ha permitido ver una carrera larga en la élite y la interesante evolución de un clásico hombre de banda hacia el interior, siguiendo el camino natural del futbolista que con el paso del tiempo va sustituyendo su capacidad física por la dosificación de esfuerzos desde posiciones más centradas.
Ayer se produjo el adiós del primer futbolista que consiguió que sus anuncios fueran igual de relevantes que sus goles, que sus sesiones de fotos tan impactantes como sus centros al área y tal vez, con el paso del tiempo, la explotación de su imagen se coma en la memoria colectiva el recuerdo de lo buen futbolista que fue.

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