Tres apuntes rápidos del arranque oficial de la Francia de Deschamps

Mientras que España se las veía y deseaba ante Georgia, sabíamos que Francia ya había dado el primer paso con resultado positivo en este camino hacia Brasil 2014 en una victoria sin demasiado lustre y que pasará a la historia del fútbol galo como el primer partido con Didier Deschamps, el hombre que capitaneó a la gran Francia del final del Siglo XX, en un campo y ante un rival que no invitaba a la floritura pero sí a tratar de conocer las líneas maestras de un entrenador que ha llevado, hasta ahora, una carrera más que interesante.
El partido ante Finlandia se saldó con un poco llamativo 0-1 y quizás sea pronto por el poco trabajo que lleva el nuevo seleccionador con el grupo para definir con rotundidad las nuevas señas de identidad del equipo, pero quería compartir con vosotros (tarde, pero es que esto es un no parar) tres detalles que se me quedaron marcados.

Presión alta:  Francia dominó el balón y cuando eso pasa es, a parte de por la calidad para mantenerlo, por la velocidad con la que lo recuperas cuando no acabas la jugada. Un centro del campo con Mavuba como pivote y con Cabaye haciendo las veces de interior izquierdo junto a un Diaby liberado por la derecha se plantaba con velocidad y acierto en la ubicación rápidamente para evitar la salida limpia de Finlandia.
Lo cierto es que fue lo que más me llamó la atención de un centro del campo que, por contra, no tuvo mucho peso en la creación (aunque sí en el apoyo). 


Llegar por fuera: Consecuencia del punto anterior, era alarmante ver cómo los centrales galos movían el balón de un lateral a otro hasta esperar que Evra o Ribery recibieran solos y a partir de ahí progresar. Quizás sea un automatismo de seguridad, pero ante equipos de más exigencia, es de esperar un inicio de jugada más elaborado y desde luego más variado. Ante Finlandia funcionó pero ¿y ante España?

Poco Benzema, demasiado Ribery: Las apariciones del delantero del Real Madrid fueron inteligentes pero escasas, quizás algo agobiado por ser quien se ofrecía en el carril central pero también quien se presentaba como única referencia en ataque. Pese a ello, siempre apoyó bien. La otra superestrella del equipo, Ribery, parece atravesar una etapa de reivindicación que en poco ayuda a un equipo en formación como Francia. Quiere que todos los balones pasen por él, hacer la jugada y dar el gol hecho cuando no lo busca él. El apoyo en Evra o una descarga con Cabaye, tal vez la opción más rica en cuanto a crear algo más, era sus opciones cuando no encaraba. ¿Centrar su posición sería una opción?

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