Ayer tuve la inmensa suerte de ser invitado a ver el partido entre mi
Levante y el Real Madrid. Tenía, a parte de las ganas habituales de ver
a tu equipo, mucho interés por ver qué había preparado Mourinho para
uno de esos partidos en los que puedes dejarte mucho y ganar muy poco,
la auténtica ‘trampa’ a la que debería de haberse referido el portugués,
para justificar la expulsión de Khedira.
El
partido tuvo de todo, y he tenido que escribir esto en frío porque ayer
estaba con un elevadísimo nivel de euforia. La victoria no es ‘válida
para nuestra liga’ pero ¿a quién amarga un dulce?
Así que os dejo mis habituales cinco motivos que decantaron el partido del lado granota visto desde Gol Alboraia.
Defensa levantinista: Es una de las cosas que menos
me hacía dudar del Levante. La línea de cuatro está muy bien definida
desde los inicios de la pasada temporada y claro que podían llegar goles
pero más por un error o la diferencia técnica entre atacante y defensor
que por una descordinación. Si encima los mediocentros y hombres de
banda bordan las coberturas, encontramos que el Levante dejó al Madrid
con dos tiros entre palos en noventa minutos.
Dentro de los cuatro de atrás quiero destacar a Nano, que estuvo
perfecto por arriba, en la anticipación y en el cruce, siendo una
pesadilla para los delanteros blancos.
Tener claro la hoja de ruta: Martínez tenía un plan,
aguantar mucho y salir a la contra con sus hombres de ataque más
frescos y rápidos disponibles. En defensa cruzar los dedos para que no
se cometieran errores. Con el gol encontró más exigencia atrás, pero
también más espacios delante y el Levante aún tiene jugadores que
interpretan muy bien los espacios donde Juanlu es una vía de escape
sensancional.
Mourinho por su parte me pareció que confío demasiado en la
individualidad a pesar de dejar a dos de sus mejores jugadores en el
banquillo. Y en principio parecía que el partido caería ‘de maduro’ de
su lado pero la expulsión y el gol activó un nerviosismo no necesario.
Hasta entonces había dominado la posesión y los tempos haciendo de las
posesiones del Levante un intento de llevar el balón lejos del área.
Tenía medios para haber dado la vuelta al partido pero enloqueció.
En otras ocasiones un partido loco siempre beneficiaba a los blancos
firmando grandes remontadas, pero no es un plan, no puedes esperar que
metiendo velocidad y prisas a un partido te salga la jugada ante un
rival ordenado y que tenía claro qué hacer ante cada situación.
La expulsión de Khedira y el partido de Iborra: Cada
día tengo más claro que los partidos se definen en el medio. Ayer fue
un ejemplo más. La expulsión de Khedira dejó cojo a su equipo que si
bien no por lo fluído de su circulación podía combatir la superioridad
numérica con la que Martínez quería ‘trabar’ la circulación rápida del
Madrid. Con el alemán fuera Alonso estaba perdido y con la intermitente
ayuda de Coentrao no era suficiente. Özil entró con otra misión y
tampoco se asoción con un Xabi que empezó muy bien y acabó sólo y
perdido en un campo pequeño.
En cuanto al diez azulgrana… siempre he sido muy crítico con él,
hasta el punto de haberle calificado como el peor jugador de Primera,
pero ayer fue de los más destacados. A su habitual correcta posición,
añadió la garra que siempre le he echado en falta además de mucho temple
a la hora de mover el balón. No se escondió, probó cosas y estuvo
acertado entregando el balón sin descuidar su sitio y corrigiendo los
despistes de los demás. El diez estuvo de diez.
El plan B de Mourinho: El Madrid es un equipo que
juega con transiciones rápidas y con la enorme fortuna de tener un alto
porcentaje de acierto en sus disparos. Si ‘ensucias’ sus vertiginosas
transiciones y cierras espacios a sus laterales tiene un plan b, sí,
pero demasiado simple como para sorprender a un rival que sí había
trabajado cómo frenarte. El pase directo y el disparo de media distancia
es lo que mejor podía defender el Levante y fue la alternativa de
Mourinho cuando encajó el tanto. Obviamente que con un jugador menos no
podía proponer al Levante seguir jugando igual, pero junto a tres
pasadores directos (Alonso, Özil y Cristiano -que no estaba para jugar-)
para un único destinatario, primero Benzema y después Higuaín. No había
llegada desde segunda línea ni mucho menos presión para recuperar. Era
difícil con uno menos, insisto, pero el 1-1 servía más a nivel de puntos
que el 2-0.
Mediocentro madridista: En partidos como los de ayer
el Madrid da la sensación de que su plantilla no es tan amplia como
parece. La convocatoria incluía a tres medios centros puros: Alonso,
Khedira y Diarra. Con la expulsión del ex del Stuttgart, la primera
opción es ‘desnaturalizar’ la posición de un buen hombre de banda porque
una vez en pretemporada salió bien. Cierto que con uno menos se
agradece esa polivalencia de Coentrao, pero si el Madrid perdía fluidez
no hubiera estado de más meter a un jugador que sí conoce el puesto y
haber dado a Alonso un jugador sobre el que descargar y moverse para
bajar una marcha la velocidad del juego pero no hundirse ante la
superioridad numérica de una manera tan flagrante.
Lo de Coentrao de mediocentro se hizo cuando se tenía que hacer, en
pretemporada que es tiempo de bicicletas (?) y probaturas, pero en un
partido de competición ante una emergencia la idea debió ser mantener lo
que funciona.
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