He de confesar que cuando me enteré de que Argentina incluía en su
preparación para la Copa América un partido ante Albania se me quedó el
culo torcido. Entendía que los choques anteriores ante Nigeria y Polonia
se debían a algún interés poco ligado al futbolístico (no me creo lo de
probar la selección sub25), pero este, por la proximidad del torneo, no
me cabía en ningún esquema.
Pero
una vez disputado logro atisbar algún beneficio intangible que, de ser
buscado por Batista, no cambiaría mi opinión sobre él, pero sí que
evitaría un palo previo a la disputa del torneo.
Argentina ganó por 4-0 a los albaneses, Messi marcó un tanto y dio
los otros tres y el equipo jugó bastante bien en comparación a lo
acostumbrado. Vamos, que en un partido (sin exigencia eso sí) el equipo
está animado, la afición se ha venido arriba y el crack ha sido el más
destacado. Poco detalle futbolístico pero un enjabonamiento puede venir
muy bien de cara a un mes en el que la exigencia va a ser la máxima que
vayan a vivir jugadores y técnicos.
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