Hace ya medio siglo...


Por Rubén Blanco

El fútbol sigue de fiesta, y es que si la semana pasada era el cumpleaños de O'Rei, hoy en el Olimpo celebran el del Dios del fútbol, Maradona.
Ya hace 50 años que nació el astro argentino en Lanús y seguro que todavía recuerdan en Villa Fiorito sus primeros correteos con el balón. Ya de muy joven, en una entrevista nos hablaba de sus sueños futbolísticos: jugar una Copa del Mundo y ganarla. Tuvo la suerte de cumplirlo y es que en aquel campeonato del Mundo de México en 1986, en la cúspide de su carrera, fue capaz de llevar a Argentina a campeonar prácticamente él solo. Además, el 22 de junio de ese año, durante el torneo, se elevó a la categoría de Dios para todos sus compatriotas puesto que con un gol con la “mano de Dios” como él autodenominó y con el “gol de todos los tiempos” derrotó a una Inglaterra, en una victoria con claras connotaciones políticas.

En su pais natal debutó con el primer equipo de Argentinos Juniors sin llegar a los dieciséis años, y durante su estancia en Argentina, repartida entre este equipo y Boca Juniors, alcanzó registros goleadores espectaculares e hizo la delicias de la platea con sus gambeteos y cabalgadas imposibles.

Después de un paso lleno de altibajos en el FC Barcelona, este “barrilete cósmico” se encargó de convertir a un mediocre Nápoles en ganador del Scudetto en dos ocasiones y de una Copa de la UEFA, hitos históricos que difícilmente serán repetidos. Cada domingo dibujaba una nueva y preciosa historia futbolística, llegando a ser venerado por los napolitanos.

Ese portavoz de los humildes se ganó al público a base de fútbol y de su lucha contra el poder establecido y es que, la diplomacia, nunca fue una de sus cualidades. Quizás el decir lo que pensaba jugó demasiado en su contra y es que así es el Diego, lo amas o lo odias.

¡Felicidades Diego, Uno o dos toques te ama dentro del campo de fútbol!


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