Mi once del torneo


Con el Mundial ya enterrado (lo que no quita que muchos sigan con la sonrisa en la cara y la estrella en el pecho) es el tiempo del balance, de los análisis en frío y de tratar de entender todo lo que ha pasado en Sudáfrica. Hoy me tomo la licencia de compartir con vosotros un once, mi once, que creáis o no, me ha costado. Uno ha tratado de ver todos los partidos del torneo y creo que salvo algún minutaje, lo he conseguido y no por ello creo que debáis pensar que este once va a ser mejor que cualquier otro que os vayáis a encontrar, pero sí que se va a amoldar a todo lo que os hemos ido contando en los podcast a lo largo de este mes.


Eduardo (Portugal): Ha sido el menos goleado y, sí, seguro que tiene mucho que agradecerle a su defensa, pero siempre es un punto a favor de un portero el ser el que menos veces ha recogido el balón de su portería. Y más allá de este detalle, el hecho de que el equipo portugués parece que ha encontrado por fin a un meta sobrio y que aporta seguridad, una lástima que coincida con un relevo generacional importante y no haya gozado de compartir equipo con una generación histórica para su país. Una gran temporada la suya desde el arranque con el Sporting de Braga hasta los octavos del Mundial.

Maicon (Brasil): Otro que ha cogido la inercia de su gran temporada en su club para firmar un gran Mundial. Fue amo y señor de su banda además de un recurso de su equipo para atacar con peligro. Defensivamente ha completado un Mundial casi perfecto, muy bien en la marca y sabiendo recuperar los huecos que dejaba a su espalda; en ataque parecía omnipresente, pero la realidad es que ha sabido elegir muy bien cuando subir y ni decir lo acertado que ha estado en la toma de decisiones. Muchos se preguntaban si era posible que Maicon fuera tan bueno como para sentar a Alves, y creo que el interista lo ha demostrado con creces.

Puyol (España): Parecía que podría llegar algo justo de fuerzas después de una temporada intensa y con el rumor de que renunciaría a la selección acabado el torneo fuera cual fuera el resultado final. No sólo parece postpuesta esa decisión, sino que ha vuelto a regalar otra exhibición de poderío físico, entrega y confianza en sus posibilidades. Daba igual que los laterales subieran, que hubiera que adelantar la línea defensiva o que hubiera que hacer una intercepción al límite para evitar un gol o una ocasión, el central del Barça se ha hecho a todas las demandas de todos los partidos y además ha sumado mucho en el juego aéreo en ataque.

Friedrich (Alemania): Podría ser el defensor con menos nombre de la Mannschaft, pero de largo el que contaba con más confianza por parte de Joachim Löw y en Sudáfrica se ha encargado de ya no sólo devolverle la confianza a su entrenador, sino de rebelarse como uno de los mejores centrales del torneo: rápido y contundente en el cruce, inteligente en la dirección táctica de la defensa y muy compenetrado con sus compañeros. También es de los que, como si a Alemania le hiciera más falta, suma muchísimo cuando toca atacar o defender un balón parado. 

Coentrao (Portugal): Para mí una de las sorpresas del torneo, más después de su triste paso por el Zaragoza. Puede que defensivamente no se haya postulado como uno de los mejores del mundo, más bien ha cumplido un papel correcto y muy bien escudado por las ayudas, pero ofensivamente se ha mostrado como algo más que un recurso. Llega muy bien a la línea de fondo y no centra nada mal. Tácticamente muy bueno, gran derroche físico y nada mal técnicamente. Además con su edad, si mantiene esta proyección, no tardará en acabar en un gran equipo europeo (sin desmerecer para nada al Benfica).

Arévalo Ríos (Uruguay): No será de los más recordados, pero gran parte del éxito de Uruguay en este Mundial es gracias a su labor. Dentro de un centro del campo que históricamente carece de 'cincos' creadores, la figura de un mediocentro de contención, de destrucción o como queráis denominarlo es marca de la casa. Una posición que los charrúa han cuidado muy bien a lo largo de la historia y que tiene en el jugador propiedad de Monterrey a su último gran exponente. Atento a toda las jugadas para aparecer y rebañar balones, siempre bien ubicado y con ese plus de garra que caracteriza a la Celeste.

Iniesta (España): Tenía mis dudas de cómo iba a llegar después de su última lesión pero ha ido a más cada partido hasta el punto de lograr el gol del torneo. Fino, vertical, técnicamente soberbio y comprometido con su equipo. Muy listo a la hora de entrar por el centro o mantener su posición como falso hombre de banda. Incluso diría, sin saber si ha sido fruto de la sobreexcitación de los partidos de su selección, que se está forjando un carácter, algo que siempre le he echado en falta, algo más de 'mala leche' para no sólo marcar su territorio con su juego, sino también con su lenguaje corporal.

Müller (Alemania): Le han dado el premio al Mejor Jugador Joven y se ha ganado la Bota de Oro (desempatando por sus asistencias) en su primer Mundial mientras quema días para cumplir 21 años. Si además echamos la vista atrás y vemos su gran campaña con el Bayern, podemos decir sin rubor que estamos ante uno de los jóvenes con más proyección del mundo en estos momentos. Y Löw, que ha confiado mucho en él, ve como casi sin tiempo para adaptarse, es ya decisivo en su once. Seguro que Maradona ya sabe quién es.

Xavi (España): Parto de que es lo que, para mí, más se aproxima a lo que debe de ser un centrocampista. A partir de ahí, ha dirigido con maestría a la selección campeona. Decían ayer que desde el Mundial del 66 ningún jugador había completado tantos pases durante el torneo (cerca de seiscientos) y creo que es un dato que puede explicar muy bien lo importante que es para que España pueda elaborar el tipo de juego que la ha llevado hacia el éxito. Lo mejor es que cada vez se hace más común el que lleve esa circulación perfecta a las zonas más peligrosas. Tácticamente perfecto, dando pases, el más certero y saciando las necesidades de un partido, único.

Villa (España): Luchó por ser el máximo goleador del torneo hasta el final, pero no pudo ser, aún así, se ha echado a su equipo a la espalda en los peores momentos y se ha encargado de finalizar cuando 'la máquina comenzó a funcionar'. Ha demostrado cómo debe jugar un único punta, ya no sólo en ataque, ofreciéndo desmarques y sabiendo dónde debe estar para el remate, sino en el apartado sin balón: el primer defensor en su incansable labor de presión. Venía de un discreto fin de temporada, por lo menos en cuanto a juego, pero al juntarse con los pasadores y llegadores que tiene España, ha multiplicado sus virtudes por diez.

Forlán (Uruguay): Según la FIFA ha sido el mejor jugador del torneo, para mí el que se ha tirado de su equipo desde casi el primer día. Nadie apostaba por Uruguay y él, a fuerza de goles, la ha ido llevado hasta un meritorio cuarto puesto. Daba igual que su equipo no generara un juego como para dejarle el remate franco o que se haya visto en situaciones en los que la remontada parecía imposible, él se ha encargado de seguir ofreciéndose y continuar luchando para ver a sus compañeros que no había metas inalcanzables para quienes las pelean.

Entrenador
Tabárez (Uruguay): Me parece que ha sido el mejor. Primero por saber variar su dibujo incluso dentro de un partido, por cambiar a los jugadores que no respondían en el campo y por la capacidad de motivarlos y de hacerles creer que el campeonato era posible hasta el último minuto de su participación.


También podría incluir a:

Casillas y Muslera como porteros
Sergio Ramos como lateral derecho
Piqué y Lucio como centrales
Van Bronckhorst y Capdevila como lateral izquierdo
Schweinsteiger y Busquets como mediocentros
Özil Sneijder como centrocampistas
Robben y Gyan como delanteros

Del Bosque y Löw como entrenadores

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