Poco se puede contar ya de la situación económica que castiga en los últimos años al Valencia y que ha desembocado en la salida de, seguramente, sus dos jugadores más determinantes en el último lustro: David Villa y David Jiménez Silva. Entre gran parte de los aficionados hay descontento: se esperaba que Llorente tuviera un as en la manga para solucionar, aunque fuera a largo plazo, la situación financiera que no fuera la salida de los principales activos deportivos del club, ya que el ir cubriendo una deuda vendiendo tus bienes' más valiosos ha sido tomado como optar por el camino fácil'.
Aún así, por lo menos en la parcela ofensiva, el Valencia ha hecho dos buena incorporaciones: Soldado y Aduritz, dos buenos delanteros experimentados en nuestra Liga (sigue la apuesta del club ché por el mercado nacional) que unidos a la llegada hace unos meses de Domínguez (que todavía tiene mucho que demostrar como valencianista después de lo visto el año pasado en el Rubin Kazan) dan a Unai, un entrenador de los que se denominan de club', de esos que jamás pone peros' a las decisiones deportivas de su directiva, alternativas interesantes para ver a un nuevo Valencia a la hora de atacar. Aunque el año pasado se recurrió alguna vez a jugar con dos delanteros (Villa y Zigic), la preferencia de Emery siempre había sido la de jugar con un único punta y aprovechar la llegada y determinación de una línea de tres jugadores formada por Mata, Silva y la alternancia entre Pablo y Joaquín. La movilidad y el aprovechamiento del espacio ha dado muchos puntos y sobre todo, hacía complicado de defender al Valencia cuando estos jugadores tenían el día. Rara vez ha optado el técnico valencianista por salirse de este guíon.
Pero ahora, con dos nueves puros, el estilo puede cambiar. Vale que tanto el ex del Getafe como el antiguo jugador del Mallorca se asemejan en cuanto a juego al 'Guaje', pero son dos grandísimos rematadores que debería de venir de perlas a la generación de juego por parte de los centrocampistas. Así, nace la posibilidad de que Emery opte por un 4-4-2, donde la figura del mediapunta desaparezca dando prioridad a un juego más directo gracias a buen hacer de sus nuevos puntas a la hora de guardar' el balón o de llevar el balón hacia las bandas donde Mata por la izquierda y Pablo o Joaquín por la derecha puedan hacer daño con sus incursiones y cuenten con dos referencias en el área.
Todo esto es sólo una hipótesis, pero de llevarse a cabo, nos mostraría un nuevo Valencia. De optar por el modelo de los últimos años, la figura del Chori' Domínguez debería ganar peso y demostrar de una vez todo lo bueno que se esperaba de él. Por contra, Soldado y Aduritz competirían por la plaza de nueve por delante de una línea de tres donde Mata también podría ubicarse en el centro y Vicente, Jordi Alba (que acabó la temporada jugando de lateral izquierdo) o incluso Mathieu, que dejó buenas sensaciones en su primera temporada pero al que una lesión en la Europa League le borró de la temporada, ocuparían la banda izquierda. De elegir esta opción, quizás el juego se tornare más directo, ya que pocos jugadores tiene el Valencia ahora mismo que puedan garantizar la circulación de pelota que Silva ofrecía al equipo.
Dos modelos para una plantilla que muchos ven muy debilitada, pero que fijándonos bien, cuenta con jugadores de nivel contrastado a los que sólo haría falta un buen inicio que les diera la confianza para seguir dando guerra en la Liga BBVA.
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