Toco y me voy: La noche que Boca resucitó

En esta última jornada en el Apertura 2009 se disputaba un partido que llamaba poderosamente la atención: Boca Juniors, el equipo de la mitad más uno, recibía al líder y campeón del último Clausura, Vélez Sarsfield. En la Casa Amarilla no se respiraba el mejor ambiente para un choque de tal calibre.

La temporada de los Xeneizes no está siendo la mejor, malos resultados, tempranas eliminaciones de los torneos continentales, muchas polémicas y una sensación de inestabilidad en todos los estamentos del club que tiene difícil vía de escape.

Una derrota, o un empate agónico podría suponer la salida del "Coco" Basile, casi dejando a los pies de los caballos a los jugadores (que no hubiera sido el primer roce entre jugadores e hinchada). Y es que, llamadme maniático, pero tener dos entrenadores en un mismo organigrama (Bianchi de manager, con mucha gente queriendo que asuma y Basile en el banco, "comiéndose los marrones") crea muchas rencillas innecesarias.

Por todo esto, y quizás por alguna cosa más que se me escapa, dicen, cuentan, que hubo una conjura por parte de los jugadores más veteranos: Battaglia, Riquelme y Palermo para aprovechar un partido como el que tenían para dar un golpe sobre la mesa, gritar un "Aquí estamos" y para poner una primera piedra en el camino hacia un presente deportivo mejor.






Lo que yo por lo menos no me esperaba es, lo primero, casualidades de la vida, fueran los tres jugadores inmersos en esa conjura, los que anotaran los tres goles de la victoria ante Vélez.
Pero lo que motiva esta entrada, en gran parte, son los goles de Riquelme, digno de cualquier parabólica y que parece que se estaba guardando para un partido así y tapar la boca a todos aquellos que ponen en duda su talento en Boca.
Y luego el de Palermo, que venía de anotar dos con Argentina, tampoco podía perder la oportunidad seguir sumando tantos en su histórica cuenta en el fútbol argentino.

"El Loco" también en un partido tan importante, no podía meter un gol normal, tuvo que ser un cabezazo desde cuarenta metros tras el mal rechace (mal porque siempre hay que echarla fuera) del meta del Fortín.

Ojo, que si la victoria puede ser un punto de inflexión para Boca, no es el fin para Vélez, que puede encontrar hasta justificable perder puntos en campos difíciles y encima a vida o muerte. Y también anotad el nombre de Cristaldo, que está haciendo un gran torneo y quizás se haya hecho un nombre en la agenda de algún club europeo.

Qué emocionante está el Apertura.

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6 Comentarios

AD ha dicho que…
Cuando Boca parecia muerto, aparecieron Riquelme y Palermo. Tremendos goles de ambos, aparecio al fin el Riquelme preciso y sutil de otros tiempos (aunque veremos por cuanto) y lo de Palermo no tiene rotulo, un goleador dicho y hecho, simplemente. Igualadisimo el Apertura, no hay un candidato claro.

Saludos!

El Balón Europeo
Ariel Judas ha dicho que…
Palermo es cada vez más grande... es una pena que su carrera esté más cerca del final que de su momento más alto. Aunque -definitivamente- con él nunca se sabe.
Miquel ha dicho que…
Lo que es una lástima es que pese más su mala experiencia europea que la importancia de sus goles en Argentina.

Un grande entre los grandes, y así quedará en la historia de Boca.




Saludos
CARLOS MATEOS GIL ha dicho que…
Me gustaría saber de dónde sacó Palermo la fuerza en el cuello para rematar ese balón de cabeza. Aunque el portero canta el gol es muy meritorio. Un saludo
http://deparadinha.blogspot.com
Miquel ha dicho que…
Carlos, date cuenta de que Martín no deja el cuello y "le sale", haciendo honor a su apodo, apuesta por la locura... y le salió. Hizo un remate desde cuarenta metros como si fuera a cuatro.

Aún así, tienes razón en que el portero erra al despejar al centro sin estar en la portería.



Saludos
Rubén Blanco ha dicho que…
Lo que más me gusta de Martín es que ha aprendido sus limitaciones y explota al máximo sus virtudes. Es un perfecto referente para su equipo como ariete y un rematador nato. Su poderío aéreo, no por el gol metido, es espectacular porque no sólo lo utiliza como remate sino como asistente. Un desahogo constante para el ataque xeneize.