Las intermitencias del mejor

Curioso el caso de Ronaldinho esta temporada. Después de dos años en un grandísimo nivel parece que su trayectoria francamente mala en el Mundial de Alemania, en el que era el elegido para ser coronado como campeón y mejor jugador a priori para todos, es la que va a marcar el devenir de este año del gaucho.

Esta temporada estamos viendo tres versiones de Ronaldinho:

- Cuando juega en casa, protegido por los arbitros, jaleado por su aficion y en un campo muy grande. Vemos al Ronaldinho que mas se acerca a su nivel. Dando pases de prmieras, cruzando balones y marcándose slaloms llenos de calidad. Además parece que tiene medidas las porterías del Camp Nou, ya que ha regalado grandísimos lanzamientos de falta.

- Cuando juega fuera, vemos a un Ronaldinho que sufre marcajes pegajosos ante los que no encuentra solución. Le vemos quejarse en demasía, desesperarse ante los errores propios de sus compañeros, buscar jugadas imposibles. Incluso bajar a defender ante la poca participación en el juego del equipo.

- En las grandes citas de esta temporada es cuando hemos visto la peor versión del gaucho. Simplemente pasa desapercibido. Le hemos visto excelentes actuaciones el año pasado sin ir más lejos (Madrid, Londres, Milan...) en partidos en los que el Barça necesitaba ese jugador desequilibrante. Ahora prácticamente no es parte del juego.

Pero ¿qué le pasa a Ronaldinho? Puede ser que los entrenadores tengan muy bien estudiados sus movimientos y le tengan controlados con un lateral encima de el todo el partido junto a un interio o medio centro que le echa una mano a la mayor brevedad. Podría ser también que su momento pasara, que haya rayado tres años a un nivel mágico y que ahora camino de los veintisiete años, haya estancado su progresión.
Las malas lenguas dicen que lo hace para presionar al Barça para que le revisen (una vez más) su contrato. Que baja el nivel para presionar a la directiva ¿curioso, no? cuando unos aprovechan un buen momento de forma para pedir una mejora, Ronaldinho presiona jugando mal.

A todo esto se ha unido la reciente explosión verbal de su compañero Eto'o. Parecía, al principio, que eran buenos amigos. Más tarde, cuando empezaron a cubrir a Ronaldinho de premios, se decía que el camerunés tenía celos y ahora se airea algo de lo que ya se hablaba en los mentideros culés: hay grupos en el vestuario (que no es malo) que no se llevan del todo bien (que es lo preocupante).

Yo quiero pensar que es una etapa, que Ronaldinho necesita un partido importante para reivindicarse. No me vale que meta dos buenos goles contra el Racing y la semana siguiente en Mestalla, en un partido grande, contra un rival directo se dedique a sacar los codos a pasear, pese a que acortara distancias con otro gol de falta. Escaso bagaje para el jugador que debe ser el abanderado del Barça en partidos difíciles.

Ronaldinho, en ti confíamos.

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